Japonés Cumple su Sueño al Unirse a la Banda Poopó como Platillero en Urkupiña
En un emocionante giro de los destinos musicales, el japonés Sho Makino ha cumplido su sueño de formar parte de la emblemática Banda Intergaláctica Intercontinental Poopó durante la festividad de la Integración de Urkupiña en la ciudad de Oruro. Este entusiasta amante de la música folclórica, conocido por su habilidad en el platillo, ha logrado unirse a la banda orureña tras años de admiración por la cultura boliviana
La pasión de Makino por la música boliviana se encendió hace seis años, durante sus visitas a Bolivia, donde descubrió los discos de la Banda Poopó de Oruro. «Me enamoré de la banda y estaba buscando la oportunidad de conocerla», expresó Makino con entusiasmo. Su encuentro con la banda comenzó en 2019 cuando el director de la Banda Poopó, Abel Gonzáles, y su conjunto fueron invitados a un festival en Tokio para celebrar la cultura latinoamericana en Japón.
La conexión entre Makino y la banda se intensificó cuando él, en ese entonces profesor universitario en Tokio, hospedó a la banda durante su estadía en Japón. «Le gustó nuestra actuación allá, tocamos la diablada y estuvimos unos días de actuación, seguramente Sho vio nuestra cultura», recordó Gonzáles sobre aquel encuentro
Este año, Makino de 37 años, tomó un vuelo hacia Bolivia para cumplir su anhelo. Contactó al director de la Banda Poopó y solicitó unirse al grupo. «Cuando hablé con Abel, me dijo ‘bienvenido’», mencionó Makino, reflejando su asombro y gratitud por la oportunidad que le brindaron.
El camino hacia la banda no fue sencillo para Makino, pero su determinación lo llevó a superar las barreras iniciales. La banda se ocupó de proporcionarle un uniforme acorde, incluso personalizando su casco con palabras en japonés. «Le costó acomodarse, pero después se acomodó y hoy en día él tiene una impresión enorme de la cultura boliviana», afirmó Gonzáles sobre la adaptación de Makino.
A pesar de su status de principiante, Makino está dispuesto a aprender y contribuir al grupo. Siente una afinidad especial por la morenada y está maravillado por la actitud y disciplina de la banda. Con una visión hacia el futuro, Makino aspira a difundir la música boliviana en otros países asiáticos como Corea del Sur e Indonesia.
La música boliviana ha encontrado un hogar en Japón, según Makino, quien observa que la música llegó al país en la década de 1980 y ha sido bien recibida. «Nos encanta, el 2019 se ha recibido con muchos aplausos la banda Poopó de Oruro», comentó Makino. Incluso en las aulas japonesas, la música boliviana ha encontrado un lugar, con colegios interpretando piezas de este vibrante repertorio.
El sueño de Makino de difundir la música boliviana más allá de las fronteras continúa, con un corazón lleno de gratitud por la oportunidad brindada y un platillo que resuena con la alegría de la música y la cultura.