Mil muertos y hospitales desbordados en España por el coronavirus

España registra 19.980 casos, un 16,5% más que el jueves, y 1.002 fallecidos, según datos oficiales

El coronavirus se ha cobrado ya más de 1.000 muertos en España, donde varios servicios de emergencias están desbordados ante una epidemia que creció exponencialmente en una semana y sumaba este viernes casi 20.000 casos en el país.

«Vienen los días peores», a medida que el país se acerca «al punto máximo», avisó el ministro de Sanidad, Salvador Illa.

La tensión del sistema es tal que las autoridades de la región de Madrid anunciaron que, junto con la Unidad Militar de Emergencias (UME), montarán un hospital con 5.500 camas de hospitalización y cuidados intensivos en el IFEMA, un gigantesco pabellón de congresos de la capital.

España sumaba este viernes 19.980 casos -un 16,5% más que el jueves- y 1.002 muertos, un 30% más que 24 horas antes, según datos del gobierno.

Pero sobre todo, el número de víctimas mortales se ha multiplicado por diez en siete días. España es ahora el tercer país del mundo con más casos, lo que puede explicarse por su mayor capacidad que otros para realizar pruebas.

La situación más angustiosa se da en la región de Madrid, que concentra algo más de un tercio de los casos, y 628 fallecimientos, el 63% del total.

Falta material 

Fuentes sanitarias comentaron a AFP que en la región de Madrid hay una escasez acuciante de material protector (guantes, mascarillas) para el personal, desbordado por el ingreso de pacientes y las bajas causadas por los médicos y enfermeros contagiados o en cuarentena.

«Ha faltado previsión; los protocolos no estaban pensados para esta afluencia de gente, falta material, falta personal, faltan equipos de protección (…) y todo esto en conjunto crea un caos», comentó a AFP Eduardo Fernández, un enfermero de la UCI del hospital público madrileño Infanta Sofía, y delegado del sindicato MATS.

«Lo peor es que el personal sanitario que está en cuarentena va en aumento», y eso «va a generar un problema serio», añadió, precisando que entre el personal de su centro (unos 1.200 en total), un 10% está aislado en su domicilio.

«Tenemos en casa a casi 300 trabajadores confinados o enfermos de una plantilla de 850. Esto nos está destrozando absolutamente», abundaba en declaraciones a eldiario.es Joan Miquel Carbonell, director asistencial del hospital de Igualada, una localizada catalana golpeada por un importante brote.

«El material va llegando a cuentagotas», añadió Antoni Trilla, epidemiólogo del Hospital Clínic de Barcelona. «Necesitamos mucho material y lo necesitamos ya», pues hay situaciones «en algunos hospitales más pequeños que tienen una situación muy muy precaria», sostuvo Trilla.

En una rueda de prensa, Fernando Simón, director de emergencias sanitarias, reconoció que «tenemos algunas unidades asistenciales bajo un estrés cercano al límite«, si bien sostuvo que esto «no es en absoluto generalizable» en el conjunto de España.

Simón reconoció también la tensión en las emergencias de ciertos hospitales desbordados, comentando que «en algunas UCIs concretas», por la «sobrecarga y la presión, se tienen que hacer un poco más restrictivos» que de costumbre en la admisión de pacientes de coronavirus.



Salvador Illa salió al paso aseverando que se están «movilizando todos los recursos disponibles, para asegurar que el personal sanitario tenga todo lo que necesita para atender a todos los españoles».

«Vienen 300.0000 mascarillas de Alemania, mañana llegan más partidas», añadió Illa.

Dicho material se añade al millón y medio de mascarillas distribuidas por el gobierno español en los últimos días, entre ellas unas 500.000 procedentes de China.

Igualmente se han incorporado al sistema miles de estudiantes de Medicina.

En Madrid en las últimas horas, las autoridades medicalizaron además dos grandes hoteles, para ingresar a enfermos con síntomas leves.

«Todos somos soldados» 

Desde el sábado pasado, la población española está sometida a un confinamiento casi total, por el que la gente sólo puede salir de casa para comprar productos de primera necesidad o acompañar a personas dependientes.

Las calles de las grandes ciudades están vacías, los supermercados controlan el aforo para evitar focos de contagio, y miles de patrullas policiales vigilan dentro y fuera de las urbes que se cumpla el confinamiento.

Las fronteras terrestres con Francia y Portugal están cerradas, y en 55 ciudades el ejército se desplegó para desinfectar puertos, aeropuertos o estaciones de tren.

«En esta guerra irregular o rara que nos ha tocado luchar, todos somos soldados«, apuntó el general del Aire Miguel Ángel Villarroya, jefe del Estado Mayor de la Defensa.

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