Añez aboga por los bonos que pagó y le piden que mejor dedique su tiempo a reflexionar su irresponsabilidad

Tras la promulgación de la ley que financia el pago del Bono Contra el Hambre, la expresidenta Jeanine Añez abogó este viernes por la continuidad de los bonos que canceló durante su gestión en medio de la pandemia, pero a continuación recibió consejos que mejor dedique su tiempo a reflexionar por su irresponsabilidad política.

“Es bueno que el actual gobierno, aparte de criticar mucho al anterior, sostenga la política de bonos y solidaridad que hicimos para ayudar a las familias bolivianas. El 2021 y hasta el fin de la pandemia, hay que mantener el bono universal, familia y la canasta familiar”, escribió en su cuenta de twitter.

El excandidato a diputado y jefe del MNR Luis Eduardo Siles respondió en su misma red social, que la señora Añez “le haría un favor al país, si dedicara unos buenos meses a la reflexión y dejar de pontificar habiendo perdido la autoridad moral para hacerlo”.

Siles le recuerda que, en la lista de responsables de lo sucedido con el resultado de las elecciones de octubre pasado, Jeanine Añez ocupa lamentablemente el primer lugar.

Desde que dejó el gobierno transitorio y se refugió en Beni, Añez estuvo activa en sus redes sociales refiriéndose a varios temas, entre ellos, al año que gobernó en medio de tantas crisis.

“Un año que asumí la presidencia. Dejé la gestión con la pandemia con menos de 60 contagios/día, tres bonos de ayuda para la gente y aunque los resultados fueron adversos, una democracia fuerte, no espero aplausos, sólo que los que están, mantengan eso”, dijo con motivo de recordar el día de su juramento.

Sus seguidores le recuerdan que un 12 de noviembre, un sector de la población “lloraba de felicidad creyendo que se había ido el dictador. Confiamos en ti y permitiste que lo volvieran a traer. Duele mi Bolivia”, le replican a la expresidenta.

Añez asumió el cargo bajo promesa y misión de ser un gobierno transitorio para solamente llamar a las elecciones generales. Al poco tiempo incumplió su palabra y se convirtió en candidata presidencial por la alianza Juntos que, ante la falta de apoyo, terminó retirándose de la contienda electoral.

Su gestión se vio empañada por actos de corrupción en la compra de respiradores españoles y chinos en plena pandemia, y por una línea de confrontación absoluta encabezada por su exministro de Gobierno Arturo Murillo, a quien también el atribuyen la rearticulación y el retorno del MAS.

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