127 MUERTOS EN 5 DÍAS: LA TRAGEDIA VIAL QUE SACUDE A BOLIVIA


Bolivia enfrenta una crisis de seguridad vial sin precedentes. En solo cinco días, el país ha registrado 127 fallecidos y más de 200 heridos en distintos accidentes de tránsito. A pesar de la gravedad de la situación, las deficiencias en infraestructura, la falta de control y la impunidad siguen siendo una constante en las carreteras bolivianas.

En los últimos cinco días, Bolivia ha sido testigo de una escalofriante cifra: 127 personas fallecidas y más de 200 heridas en accidentes de tránsito. Un número que, en cualquier otro país, desataría una crisis nacional, pero que en Bolivia se diluye entre la resignación, la indiferencia y la falta de acciones concretas.
Pero esto no es cuestión de mala suerte ni de fatalidad. Es el reflejo de un Estado ausente, de la impunidad que reina en las carreteras y de un sistema de transporte que opera sin controles efectivos. La pregunta es inevitable: ¿hasta cuándo?
Carreteras que Matan: Infraestructura en Ruinas
Mientras en otros países las autopistas están diseñadas para prevenir accidentes, en Bolivia las carreteras son trampas mortales:
- Vías angostas y peligrosas que impiden maniobras seguras.
- Falta de mantenimiento: baches, señalización deficiente y curvas mal diseñadas.
- Ausencia de áreas de escape para frenadas de emergencia.
Las vías bolivianas no están preparadas para salvar vidas, sino para cobrarlas.
Seguridad Vial: Controles que No Existen
En países con regulaciones estrictas, los buses cuentan con sensores de velocidad y GPS para monitorear su recorrido y prevenir accidentes. En Bolivia, sin embargo, el único aviso de alerta es la noticia del accidente cuando ya es demasiado tarde.
- Sensores de velocidad: De uso obligatorio en otros países, en Bolivia son prácticamente inexistentes. Los choferes, forzados a cumplir horarios absurdos, conducen a velocidades temerarias, sin fiscalización real.
- GPS en buses: Permitiría controlar la velocidad y ubicación en tiempo real, pero su implementación es nula. Las empresas y las autoridades prefieren ignorar su utilidad antes que asumir responsabilidades.
- Cinturón de seguridad: Aunque la normativa exige que todos los buses interdepartamentales cuenten con cinturones, la realidad es que:
- Muchos no los tienen.
- Están dañados.
- Nadie obliga a los pasajeros a utilizarlos.
Cada vez que un bus sufre un accidente y los pasajeros salen despedidos, la tragedia no es solo culpa del impacto, sino de la falta de medidas de seguridad mínimas.
Controles de Alcohol y Revisión Técnica: Una Farsa Institucional
La embriaguez al volante es una de las principales causas de accidentes, pero los controles de alcoholemia en Bolivia son una burla:
- Policías que, por un billete, “no ven” al chofer tambaleándose.
- Pruebas de alcoholemia que pueden ser evitadas con sobornos.
- Conductores que parten desde terminales sin una verificación real de su estado.
Lo mismo ocurre con la inspección técnica vehicular. En teoría, debería garantizar que los vehículos están en condiciones óptimas, pero en la práctica es un simple trámite recaudatorio.
- No hay revisión real de frenos, luces ni dirección.
- Los vehículos “aprueban” la inspección sin cumplir requisitos básicos.
- La prioridad es el cobro de tasas, no la seguridad vial.
¿Hasta Cuándo?
El saldo de esta negligencia es devastador: 127 muertos y 200 heridos en solo cinco días.
Si no se toman medidas urgentes, en los próximos cinco días la cifra seguirá aumentando. Mientras tanto, las reacciones serán las de siempre: condolencias vacías, discursos hipócritas y promesas que se olvidan con la siguiente tragedia.
Bolivia no necesita más palabras. Necesita carreteras seguras, controles efectivos y un Estado que asuma su responsabilidad. Hasta que eso ocurra, cada viaje en bus seguirá siendo una ruleta rusa en la que los pasajeros apuestan su vida… y casi siempre pierden.