Cómputo final da la victoria al MAS en primera vuelta, hay protestas

La distancia entre el MAS y CC llega al 10,56%. Opositores conformaron el Comité en Defensa de la Democracia, que exige la convocatoria de segunda vuelta. Carlos Mesa pide movilización pacífica y permanente. La OEA pide esperar a la auditoría

El cómputo final era lo de menos. Desde que a las 6.00 de la mañana del jueves acabó el conteo de los 100.000 votos que faltaban en Potosí, la nueva tendencia ya se veía irreversible. Arrancó al mediodía el de Chuquisaca y solo vino a confirmar lo sucedido. Al 99,99 por ciento del escrutinio – hay tres mesas en Beni y una en Tarija anuladas –, que se alcanzó en horario de informativo nocturno, el MAS ya sumaba el 47,07% y Comunidad Ciudadana el 36,51%. 10,56% que a falta de esos más o menos ochocientos votos que se deberían repetir, hacen irreversible la victoria de Evo Morales en la primera vuelta.

Al menos mientras no se formalicen y verifiquen las denuncias sobre determinadas actas que el vocero y asesor legal de Comunidad Ciudadana, Carlos Alarcón, detalló en la tarde del jueves. Según Alarcón, han identificado una “lógica de fraude” que se sustenta sobre cinco principios y que básicamente tiene que ver con restarle votos a ellos y sumarlos al MAS: Disminuyen a CC y Aumentan al MAS; se aumenta al MAS; se aumenta a todos, pero más al MAS; más votos que inscritos y sumatorias incorrectas. Alarcón estima que estos errores afectan a 109.277 votos además de señalar que existen 1.439 actas con el más del 90 por ciento de los votos en favor del MAS y que afectaría a 214.707 votos.

En primera instancia respondió el ministro de Comunicación, Manuel Canelas, quien lo tildó de “inconsistente” y añadió que apenas afectaría al 1,7% del padrón por lo que no se podría hablar de “un fraude gigantesco como señala el señor Carlos Mesa”.

Después salió la ministra de Salud, Gabriela Montaño, a explicar detalle por detalle, puesto que “gigantesco” o no, era lo suficiente como para ir o no ir a la segunda vuelta. Montaño acudió a las mismas actas que usó de ejemplo Alarcón para, remitiéndose a las propias observaciones consignadas en el acta, desmontar una a una esas denuncias.

En cualquier caso, las actas mostradas por Alarcón corresponden al TREP y hay que verificar como fueron trasladadas en el cómputo oficial. Un trabajo que tendrá que hacer el Tribunal Supremo Electoral más debilitado de las últimas elecciones.

Denuncias

Comunidad Ciudadana cuestiona el cómputo de 109.000 votos irregulares, que suman el 1,7% del voto válido

Mientras se resuelve lo técnico, que tiene mucho de político, se fueron conformando los escenarios políticos para los dos frentes – ahora sí – que polarizan en este momento electoral: El pulso en las calles, el pulso de la opinión pública, el pulso de la opinión internacional.

La fuerza del MAS

Morales fue el primero en salir a la palestra en una reedición de su conferencia del miércoles, tal vez un poco más agresiva, aunque no tanto como el encendido discurso que dio en Cochabamba en un encuentro con los Movimientos Sociales en el departamento que mejores resultados ha ofrecido y que es donde se encuentran las raíces del partido.

Morales ha dejado de lado el discurso pacificador del “futuro seguro” de la campaña, donde nunca se sintió del todo cómodo, para recuperar el discurso más duro, fustigando “neoliberales y vendepatrias”, ridiculizando las marchas y protestas pacíficas de los jóvenes, hablando de indígenas y campesinos y de discriminación.

El discurso final enojó a estudiantes movilizados, a quienes consideró mercenarios, y a aquellos que pedían un discurso conciliador, dinamitado al grito de “mueran los neoliberales, Patria o muerte”.

Por el momento hay confrontaciones específicas en Santa Cruz y El Torno y en Cochabamba, entre partidarios de unos y otros y en La Paz, entre movilizados y policía. En Tarija se canceló – o nunca se confirmó – una marcha campesina precisamente para evitar enfrentamientos, algo que nadie quiere.

Morales ha rayado la cancha sin medias tintas, una defensa del proceso con la línea dura, aunque todavía no han salido a la calle. El MAS ha perdido un 14% de votos entre 2014 y 2019 precisamente en el periodo en el que más se ha concentrado por contentar a sectores no alineados.

Concentración opositora

Mientras tanto, las fuerzas de oposición se reunieron en La Paz para conformar el Comité de Defensa de Democracia capitaneado por Carlos Mesa y que agrupa a casi todos los nombres de la política de los últimos años: Samuel Doria Medina, Rubén Costas, Adrián Oliva, Luis Revilla, Rodrigo Paz, etc., más los cívicos y dirigentes universitarios y que finalmente integró también a Shirley Franco o Loyola Guzmán, entre otras.

Se conforma así un bloque “de unidad” que evidentemente tuvo una reacción en cadena en redes sociales bajo dos cuestiones: “¿Por qué no lo hicieron antes?”, pregunta a la que nadie quiere responder en estos momentos, ya que todos quieren estar concentrados en la unidad y el reclamo, y ¿Dónde está Chi?, el líder de PDC, outsider de manual en la campaña que se ubicó en tercer lugar con un crecimiento exponencial y que parece tener su propio plan de supervivencia/apuesta a la grande en política para cerrar la boca a aquellos que habían apostado porque desaparecería de inmediato.

En ese esquema, señalaron los medios paceños, se ubicó el pronunciamiento del Bloque Constitucional Boliviano, un grupo de oficiales en servicio pasivo de las Fuerzas Armadas – y al que Evo ya había hecho referencia durante la campaña – que convocó a defender la Constitución y a la movilización militar en lo que consideraron un golpe de Estado. El acto, con toda la estética de asonada de otros tiempos, estuvo capitaneado por el coronel retirado Mario Almeida, que fue posesionado “simbólicamente” por el líder presbiteriano Chi Hyun y que al ser cuestionado por ello, indicó que se trataba de un acto netamente privado religioso.

El hecho, evidentemente, no pasó a mayores. Tranquilidad en los cuarteles, pero suma en el perfil regresivo ya exhibido en campaña por el PDC.

El escenario internacional

Tan pronto se conocieron los resultados, estallaron los conflictos entorno al TSE en la plaza Avaroa de La Paz.

Mesa llama a la movilización pacífica pero permanente y exige la realización de la segunda vuelta, un pliego de máximos para empezar a negociar que difícilmente será aceptado de entrada salvo que las evidencias presentadas por Alarcón y la presión internacional hagan necesario sondear otras salidas.

Sin Unasur activa, el foro multilateral para discutir estos asuntos – que rozan tantas veces la injerencia – vuelve a ser la Organización de Estados Americanos. Un espacio que pasó de ser el demonio a un coro celestial, y viceversa, tan pronto llegó Luis Almagro – su secretario general – y se enfundó el poncho y la corona de flores en Chimoré en mayo y eludió calificar la repostulación de Evo Morales en las elecciones.

Aquella fue la cúspide de una exitosa campaña internacional volcada en los objetivos y en evitar que hubiera presión antes del proceso. Bolivia no peleó el derrumbe de la Unasur; se reunió con los líderes del grupo de Lima; muchas veces con Mario Abdo del Paraguay; con Mauricio Macri en momentos muy críticos para él; con Jair Bolsonaro, a quien atendió en el pedido de congelar sus relaciones con el Foro de Sao Paolo e incluso, marcó distancias con Nicolás Maduro incluso en votaciones abstencionistas. El resultado fue un respaldo más o menos explícito de la Comunidad Internacional atendiendo, básicamente, a la estabilidad del país que en el pasado resultó ser una bomba de relojería.

Nada indica que esa posición vaya a cambiar. El canciller Diego Pary y el Ministro de Justicia, Héctor Arce, dieron la pelea en la sesión de la OEA donde se analizaron estos asuntos con un resultado previsible, pues estos actos apenas convencen a nadie que no esté previamente convencido. Pary y Arce a explicaron el TREP y la validez y transparencia del proceso sin entrar en los detalles escabrosos del informe de la misión internacional de la propia OEA, que ha cuestionado el cambio de tendencia repentino del TREP en 24 horas entre el domingo y el lunes.

Los más a la derecha: Estados Unidos, Brasil, Colombia y Argentina, emitieron un comunicado cuestionando la explicación, mientras que en Brasil, el diario Folha de Sao Paolo, poco sospechoso de filobolivariano, señaló que el propio presidente Jair Bolsonaro señaló no querer “problemas con Evo Morales”.

La OEA y la UE parecen ahora hacer frente común sobre la auditoría en ciernes, aunque no hay acuerdo sobre lo “vinculante” del mismo, algo que no quiere ni el MAS ni la oposición, y por lo tanto, es probable que la burocracia acabe ahogando ese frente.

Sin salidas

El escenario de confrontación tiene pocas vías de salida y alguna que otra fecha clave. Una de ellas es la inminente convocatoria de las elecciones municipales y departamentales, donde tradicionalmente no le ha ido bien al Movimiento Al Socialismo – o no tan bien como en las nacionales – y que en el clima actual podrían convertirse en una especie de segunda vuelta – plebiscito para conformar otro escenario diferente.

Es misma convocatoria puede, a la vez, generar dificultades en la propia coordinación de la oposición, muy regionalizada y cada cual con sus intereses.

Por el momento se alternan los llamados a la movilización y a no responder a la provocación con altercados y presiones. De momento es viernes.

El escrutinio da mayorías al MAS en las cámaras

El candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales consolidó su victoria en primera vuelta con un 47.07% de los votos y 10,56 puntos sobre el segundo candidato más votado Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana (CC), que reunió el 36.51% del voto.

El cómputo al 99,99% concluyó otorgando al candidato por el Movimiento Al Socialismo 2.889.074 de votos de los 6,460,017; mientras que el candidato por Comunidad Ciudadana se quedó con 2.240.894 votos, con una diferencia del 10.56 % que consolida la victoria de Morales, en primera vuelta, como una de las más difíciles en estos 14 años de mandato.

Las otras dos fuerzas políticas con mayor votación, aunque lejos del MAS y de CC, son el Partido Demócrata Cristiano (PDC) que logró el 8,78% de votación, Bolivia Dice No obtuvo el 4,24%.

Con porcentajes muy bajos se encuentran: Movimiento Tercer Sistema que obtuvo el 1,25%, Frente Para la Victoria alcanzó el 0,39%, Unidad Cívica Solidaridad el 0,41%, el Movimiento Nacionalista Revolucionario logró el 0,69% y Pan-Bol el 0,65%.

El cómputo, a falta de que se repita la votación de tres mesas anuladas en el Beni que si pueden llegar a modificar un diputado al ser mínimas las diferencias, da la mayoría al MAS tanto en el Senado como en Diputados, aunque pierde los dos tercios de los que ha disfrutado en los dos últimos años.

El MAS suma 68 diputados por 50 de Comunidad Ciudadana, 8 del PDC y 4 de Bolivia Dice No.

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